Global Energy Crisis Cover Image Abstract Power Plant At Sunset

Cómo empezó la crisis, cómo los mercados energéticos mundiales impactan en tu día a día y qué están haciendo los gobiernos al respecto

Crisis Energética Mundial

¿Qué es la «crisis energética mundial actual»?

Precios récord, escasez de combustible, aumento de la pobreza, economías desacelerándose: la primera crísis energética que está siendo verdaderamente global

En el año 2021, comenzaron a registrarse tensiones en los mercados energéticos debido a una serie de factores, entre ellos la extraordinaria rapidez del repunte económico que se produjo tras la pandemia. Esta situación se fue agravando considerablemente hasta convertirse en una verdadera crisis energética mundial tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022. El precio del gas natural alcanzó máximos históricos y, en consecuencia, también lo hizo la electricidad en algunos mercados. Los precios del petróleo se situaron en su nivel máximo desde 2008.

La subida de los precios de la energía ha contribuido a que la inflación sea alarmantemente elevada, algunas familias se hayan visto abocadas a la pobreza, algunas fábricas hayan tenido que recortar su producción o incluso cerrar y el crecimiento económico se haya ralentizado hasta el punto de que algunos países van camino de sufrir una fuerte recesión. Europa, cuyo suministro de gas es particularmente vulnerable por su histórica dependencia de Rusia, podría tener que racionar el gas este invierno. Además, un gran número de economías emergentes están pagando mucho más por la energía importada y padeciendo escasez de combustibles.

Si bien la crisis energética actual presenta ciertos paralelismos con la crisis del petróleo de los años setenta, también existen diferencias importantes. La crisis actual afecta a todos los combustibles fósiles, mientras que las súbitas variaciones de los precios observadas en la década de los setenta se circunscribieron principalmente al petróleo, en un momento en el que la economía mundial dependía mucho más de este combustible y mucho menos del gas. La economía mundial en su conjunto presenta en la actualidad muchas más interconexiones que hace 50 años, lo que magnifica el impacto. Por ese motivo, podemos decir que esta es la primera crisis energética verdaderamente mundial.

En Europa, algunas fábricas muy intensivas en el consumo de gas han recortado la producción porque no se pueden permitir seguir produciendo, mientras que en China algunas han sufrido directamente cortes del suministro eléctrico. En las economías emergentes y en desarrollo, en las que el porcentaje del presupuesto familiar destinado a la energía y los alimentos ya es elevado, el incremento de la factura energética ha acrecentado la pobreza extrema y revertido los avances hacia un acceso universal y asequible a la energía. Incluso en las economías avanzadas, la subida de los precios ha afectado a los hogares vulnerables y provocado importantes tensiones económicas, sociales y políticas.

En ciertos ámbitos se ha acusado a las políticas climáticas de contribuir a la reciente escalada de los precios de la energía, pero no existen pruebas al respecto. De hecho, una mayor oferta de tecnologías y fuentes de energía limpias habría protegido a los consumidores y mitigado parte de la presión al alza sobre los precios de los combustibles.

La invasión de Ukrania por parte de Rusia llevó a precios récord del gas en Europa y Asia

Evolution of key regional natural gas prices, June 2021-October 2022

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¿Cuáles son las causas de esta crisis energética mundial?

Interrupciones en las cadenas de suministros, meteorología adversa, bajas inversiones, y luego llegó la invasión de Ukrania por parte de Rusia

Los precios de la energía llevan subiendo desde 2021 debido a la rápida recuperación económica, las condiciones meteorológicas registradas en varias partes del mundo, el aplazamiento de trabajos de mantenimiento de la infraestructura energética por la pandemia y decisiones previas por parte de compañías de petróleo y gas y de países exportadores para reducir las inversiones. Rusia comenzó a recortar el suministro de gas a Europa en 2021, meses antes de invadir Ucrania. Todo esto condujo a escasez en el suministro energético.

El ataque a Ucrania por parte de Rusia agravó enormemente esta situación. Los Estados Unidos y la UE impusieron una serie de sanciones a Rusia y muchos países europeos declararon su intención de reducir gradualmente las importaciones de gas ruso, hasta eliminarlas por completo. Mientras tanto, Rusia ha ido restringiendo cada vez más las exportaciones a través de los gasoductos, llegando incluso a cortar el suministro. Rusia es, con diferencia, el mayor exportador de combustibles fósiles del mundo y un proveedor especialmente importante para Europa. En 2021, un cuarto de la energía consumida por la UE venía de Rusia.

Europa, en un intento por sustituir el gas ruso, ha ofrecido precios más altos por el gas natural licuado (GNL) que llega por mar de los Estados Unidos, Australia y Qatar, lo que ha incrementado los precios y reducido la oferta de GNL a disposición de clientes tradicionales de Asia. Puesto que el gas suele fijar el precio al que se vende la electricidad, los propios precios de la electricidad también se han disparado. Tanto productores como importadores de GNL se están apresurando a construir nuevas infraestructuras para incrementar la cantidad de GNL comercializado a nivel internacional, pero se trata de proyectos con un elevado costo que tardarán años en ponerse en operación.

Los precios del petróleo también subieron inicialmente debido a la reconfiguración de las rutas comerciales tras las declaraciones de Estados Unidos, muchos países europeos y algunos de sus aliados en Asia indicando que dejarían de comprar petróleo ruso. Algunos transportistas se han negado a transportar petróleo ruso debido a las sanciones y al riesgo en materia de seguros. Muchos grandes productores de petróleo han sido incapaces de aumentar la oferta para cubrir el incremento de la demanda (ni siquiera con el incentivo que plantean las extraordinarias subidas de los precios) debido a la falta de inversión en los últimos años. Pese a que los precios han abandonado los máximos registrados, estamos ante un panorama incierto, ya que a finales de este año Europa pondrá en marcha nuevas sanciones contra Rusia.

¿Qué medidas se están adoptando para paliar la crisis?

Las resacas de la pandemia y unos tipos de interés crecientes lmitan la acción pública, mientras que otros países vuelven al carbón

Algunos gobiernos están tratando de amortiguar el golpe a consumidores y empresas mediante ayudas directas o limitando los precios que se cobran a los consumidores y pagando la diferencia a los proveedores de energía. Sin embargo, con la inflación en muchos países superando con creces el objetivo fijado, y los grandes déficits presupuestarios acumulados debido al gasto público de emergencia realizado durante la pandemia de COVID-19, las posibilidades de amortiguar el impacto son más limitadas que a principios de 2020. La creciente inflación ha provocado subidas de los tipos de interés a corto plazo en muchos países, lo que ha ralentizado el crecimiento económico.

Los europeos se han apresurado a incrementar las importaciones de gas de otros productores, como Argelia, Noruega y Azerbaiyán. Algunos países han ampliado el uso de carbón para generar electricidad, o lo han retomado, y otros están prolongando la vida útil de centrales nucleares que tenían previsto desmantelar. Los miembros de la UE también han introducido obligaciones en materia de almacenamiento de gas y acordado objetivos voluntarios para recortar la demanda de gas y electricidad un 15% este invierno, aplicando medidas de consumo eficiente, aumentando el uso de energías renovables y promoviendo mejoras de la eficiencia.

Para garantizar un suministro de petróleo suficiente, la AIE y sus miembros respondieron con las dos mayores liberaciones de reservas de petróleo de emergencia de la historia. La AIE, mediante la adopción de dos decisiones el 1 de marzo y el 1 de abril de 2022, coordinó la liberación de cerca de 182 millones de barriles de petróleo de emergencia de las reservas públicas o de las reservas almacenadas obligatoriamente por la industria. Algunos países miembros de la AIE liberaron también más reservas públicas de forma independiente, por lo que en total se liberaron más de 240 millones de barriles entre los meses de marzo y noviembre de 2022.

La AIE ha publicado además planes de acción para recortar el consumo de petróleo con efecto inmediato, y planes con recomendaciones para que Europa reduzca su dependencia del gas ruso y los ciudadanos de a pie disminuyan su consumo energético.

La invasión ha provocado una revisión de las prioridades y políticas en materia de energía que ha puesto en cuestión la viabilidad de décadas de decisiones sobre infraestructura e inversiones y ha provocado una profunda reorientación del comercio internacional de energía. El gas estaba llamado en muchos países a desempeñar un papel fundamental como fuente de bajas emisiones ‘’puente’’ entre los combustibles fósiles más contaminantes y las energías renovables. Sin embargo, la crisis actual ha puesto en tela de juicio la fiabilidad del gas natural.

Esta crisis podría acelerar el despliegue de energías renovables sostenibles más limpias, como la eólica y la solar, al igual que las crisis del petróleo de los años setenta provocaron importantes avances en materia de eficiencia energética, y también en el ámbito de la energía nuclear, solar y eólica. La crisis actual también ha puesto de relieve la importancia que reviste invertir en una infraestructura de red eléctrica y gasística que sea robusta, a fin de mejorar la integración de los mercados regionales. Tanto el programa RePowerEU de la UE, presentado en mayo de 2022, como la Ley de reducción de la inflación de los Estados Unidos, aprobada en agosto de 2022, contienen importantes iniciativas para aumentar la eficiencia energética y promover el uso de energías renovables. 

The global energy crisis can be a historic turning point

Consejos para el ahorro de energía

1. Bajar la calefacción

Si baja el termostato solo 1°C, ahorrará cerca de un 7% en el consumo de energía de la calefacción y conseguirá un recorte en la factura promedio de (entre 50 EUR y 70 EUR) al año. Coloque el termostato en el nivel más bajo que le resulte cómodo y póngase ropa de abrigo cuando esté en casa. Use un termostato programable para establecer la temperatura en 15° C mientras duerme y en 10C cuando no haya nadie en casa. Así recortará hasta un 10% el gasto anual en las facturas de la calefacción. Pruebe a calentar únicamente la habitación en la que se encuentre o aquellas que utilice con frecuencia.

2. Ajustar los parámetros de la caldera

Los ajustes de fábrica de las calderas suelen ser más altos de lo necesario. Baje la temperatura del agua caliente para ahorrar un 8% en el consumo de energía de la calefacción y recortar la factura promedio en 100 EUR al año. Si dispone de una caldera mixta moderna y compleja y no es capaz de hacer el ajuste consultando el manual, tal vez tenga que concertar una única visita del fontanero para que lo haga. Cambie el baño por la ducha para gastar menos energía en calentar el agua. Y si ya se ducha, acorte el tiempo de duración que dedica a hacerlo. Las tuberías y las calderas de agua caliente deberían aislarse para que no haya fugas de calor. Limpie con frecuencia las calderas que funcionen con madera y pellets con un cepillo de cerdas, para que sigan funcionando de forma eficiente.

3. Aislar para conservar el aire caliente

Cierre las ventanas y las puertas, aísle las tuberías y tape los huecos que rodean ventanas y chimeneas, o de otro tipo, para mantener el aire caliente dentro de casa. Salvo que su vivienda sea de construcción muy reciente, se perderá calor por las corrientes de aire generadas por puertas y ventanas, rejillas próximas al suelo o por la chimenea. Aísle o selle estos huecos para ahorrar hasta 100 EUR al año. Instale cortinas o estores tupidos en las ventanas para conservar aún más el calor. Cierre los huecos de las chimeneas (salvo que estén encendidas), para que el aire caliente no salga directamente por el tubo de la chimenea. Si no utiliza nunca la chimenea, selle el conducto de salida para que no se escape el calor.

4. Cambiar las bombillas

Sustituya las bombillas antiguas por unas nuevas que sean LED y deje encendidas solo las que necesite. Las bombillas LED son más eficientes que las bombillas incandescentes y las halógenas, se funden con menos frecuencia y ahorran cerca de 10 EUR al año por bombilla. Compruebe la clasificación energética cuando compre bombillas y procure decantarse por las de categoría A (la más eficiente) y no por la G (la menos eficiente). La manera más sencilla de ahorrar energía es apagar las luces al salir de la habitación.

5. Desplazarse en bici

Caminar o ir en bicicleta son alternativas estupendas al automóvil para los desplazamientos cortos y nos ayudan a ahorrar dinero, reducir las emisiones y disminuir los atascos. Si puede, deje el coche en casa para los desplazamientos cortos, sobre todo si posee un vehículo de gran tamaño. Comparta coche con sus vecinos, amigos y compañeros para ahorrar energía y dinero. Si se desplaza en bicicleta, también conseguirá enormes ahorros y beneficios para la salud. Muchas administraciones ofrecen además incentivos para adquirir bicicletas eléctricas.

6. Usar el transporte público

Para las distancias más largas, en las que no resulta práctico caminar ni ir en bicicleta, el transporte público también ayuda a reducir el uso de energía, los atascos y la contaminación atmosférica. Si va a hacer un viaje más largo, piense en dejar el coche en casa y usar el tren. Compre un abono transporte para ahorrar dinero con el tiempo. Su empresa o su administración local también podrían ofrecer incentivos para adquirir abonos transporte. Planee sus desplazamientos de antemano para ahorrar en los billetes y encontrar la mejor ruta.

7. Conducir de forma más inteligente

Optimice su estilo de conducción para reducir el consumo de combustible; conduzca con suavidad y a velocidades más bajas por autopista, cierre las ventanas cuando vaya a gran velocidad y asegúrese de que la presión de los neumáticos sea la correcta. Procure ir por rutas en las que no haya mucho tráfico y apague el motor cuando no se esté moviendo. Conduzca 10 km/h más lento en las autopistas para recortar la factura de combustible cerca de 60 EUR al año. Conducir de manera constante a una velocidad de entre 50 y 90 km/h también puede ahorrar combustible. Cuando se conduce a más de 80 km/h, es más eficiente usar el aire acondicionado que abrir las ventanas. Además, debe revisarse el motor periódicamente para mantener la eficiencia energética.